La mayoría de las personas rezamos a Dios, pedimos al Universo, a la Fuerza Creadora o desde la creencia que tenemos que algo nos sea concedido.
Si creemos no ser escuchados, seguramente no vamos a ser escuchados.
Rezar sin convicción no sirve.
1- Pensar que lo
merecemos, liberándonos de la sensación de carencia.
2- Sentir gratitud,
hasta por el aire que nos mantiene viv@s.
3- Hacer nuestro
pedido desde la entrega, sellandolo con la expresión "ésto o algo
mejor".